Uno de mis deportes favoritos es sumergirme en los mercados Retro que suelen formarse los fines de semana en las grandes ciudades… ni hablar de todas las cosas que he encontrado desde que llegué a Ciudad de México, uno de los lugares más alucinantes del mundo entero y donde gracias a su cultura el tráfico de tesoros es incalculable. Hay 2 tipos de personas entre la fauna de los vendedores de artículos usados en estos tarantines: La primera, es la que sabe exactamente cuánto cuesta el objeto en cuestión, que sabe su historia, su procedencia y por supuesto su precio, estará dispuesto a negociar si conoces de qué se trata y restregará en tu cara ese tesoro que deseas hasta que estés listo para desembolsillar y llevártelo a casa. La segunda, sólo es un empleado del verdadero dueño que está atendiendo en otra parte y es más fácil de “persuadirlo” para obtener ese preciado Luke Skywalker que reposa sobre una sucia alfombra entre un Goofy de McDonalds de cajita feliz de los años 90 y una torre de Tazos.
Hace poco ocurrió el milagro: encontré frente a mi como si me estuvieran esperando una muy respetable colección de muñecos de nuestra serie favorita, El Chavo del Ocho. Lo primero que me sorprendió fue el extremo parecido que tienen los muñecos con los actores reales: El Chavo REALMENTE se parece a Chespirito, pareciera que se esmeraron fielmente en hacer el molde de plástico para hacer la cabeza, que también está pintada a mano y con un singular esmero en las pecas y los ojos.
El caso de la Chilindrina es curioso: de verdad es una muñeca. Una muñeca con los brazos y pantorrillas gorditas, como esas muñecas de antaño, que están cosidas a un torso de tela, para dar la sensación de “bebé pequeño para cuidar y querer”. El molde, es importante decirlo, es especial para la Chilindrina porque pude ver que las manos son diferentes a las del Chavo. Su maquillaje es perfecto, con sus “chapas” (el ruborcito de las mejillas) y por supuesto sus lentes de pasta cuadrados. No podía falta su dentadura chimuela y su cabello con 2 coletas, dispuestas de forma asimétrica. Hermosa y divertida, tuvo que haber sido un éxito de ventas en… 1972.
En efecto, los muñecos datan de 1972, sólo un año después de haber comenzado la producción del programa, y un año antes de convertirse en un show de 30 minutos, ya podemos ver que el show, históricamente hablando sería un rotundo éxito. Supe que son de ese año porque detrás del personaje, justamente en la nuca, puede leerse claramente “1972 derechos reservados”. Algo así como para que no los piratearan.
Fun Fact: En sus tiempos, El Chavo del Ocho llegó a ser visto por 350 millones de televidentes alrededor del mundo.
La ropa de los personajes está claramente confeccionada a mano, con diseños que vagamente se parecen a los que vimos en la serie (entendemos que conseguir esos modelos debió haber sido una tarea titánica, para la fecha, y que además nadie sabía el éxito que tendría el programa) y a todos les queda un poco grande la ropa. El material no es nada amigable, tela muy dura que difiere con las de otras muñecas del mismo tipo.
Cuando me los encontré me pregunté ¿Por qué demonios están tan sucios? Yo sé que ha pasado mucho tiempo, pero parecen hacer salido de un terremoto o algo así. Parecen papas recién arrancadas de la tierra.
También me encontré a Ñoño, el hijo del Señor Barriga. Éste me dio un poco de miedo, por el estado paupérrimo de suciedad en el cual se encontraba. Lo “caricaturizaron” muy bien, está muy bonito el diseño y los brazos y piernas me causaron mucha risa: parece un bebé todo gordito… para nada ofensivo y mucho más amigable que el super gordote de carne y hueso.
El paso del tiempo hizo su trabajo y abrió un hoyo justo dentro de la boca de Ñoño, pero no le queda tan mal. Digamos que tienen una caries, y así estaría completamente fundamentado. Sí, ya sé… la foto es SUPER CREEPY y no los dejará dormir en las noches!
Fun Fact:El Chavo del Ocho lo ven, 91 millones de personas DIARIAMENTE.
Por último tenemos a Ron Damón, digo, Don Ramón. Tengo mis dudas sobre el personaje, porque lo veo muy “grueso” y “gordo” para como es el personaje en realidad. Todos se parecen mucho pero creo que éste se ve raro. Pero no pasa nada, porque en otros muñecos que he visto de la época… tampoco se me parece mucho. Miren éste:
Creo que se parece más a Héctor Suárez que al mismo Don Ramón.
Ven? Creo que está un poco grueso. En fin, aquí lo tienen, juzguen ustedes mismos:
Siento que la tela utilizada no fue la adecuada para realizar estos muñecos, la playera de Don Ramón parece una alfombra! Pero lo importante es que aquí están, juntos y vivos, en pleno 2017.
Haber encontrados estas piezas de colección tiene un significado además de histórico, sentimental y generacional. Representan cómo ha evolucionado la historia del juguete, de las muñecas de trapo, y sobretodo del diseño de personaje ¿Quién iba a pensar que estos personajes llegarían tan lejos convirtiéndose en pilares del entretenimiento en el mundo entero?
Aunque no es tan común como yo pensaba al llegar a este país, en CDMX puedes encontrar (con un poco de paciencia y tiempo) personajes del Chavo de Ocho en la calle, pintados, representados en esculturas o grafittis que sólo recuerdan que alguna vez hubo un personaje con gorrito y pecas. Aquí un ejemplo que encontré por Coyoacán:
También hay muñecos artesanales, que tienen un valor más sentimental que monetario, me parecen muy divertidos y si tienen suerte, se pueden encontrar a toda la vecindad completa… incluso a Godínez! Miren los que encontré:
¿Cuánto creen que cuesta llevarse a casa estos muñecos? ¿Qué pasó con su verdadero dueño? ¿Estará consiente del costo actual de esta colección? Si tienes más muñecos de esta época no dudes en contactarme!
Todavía tengo miedo. Comenzar en un país nuevo aparte de no ser fácil, debes dejar atrás millones de cosas. Como por ejemplo, el apego a lo que venías haciendo. Durante más de un año y 40 talleres, miles de personas han disfrutado del taller en Venezuela y ahora quiero hacerlo en México.
El espacio. El infinito. Objetos voladores no identificados. La luna y las estrellas, cohetes y planetas lejanos. Tenía tiempo queriendo hacer un proyecto que unificara la cultura popular, esos temas famosos del dominio público y a veces inexplicable, como las conspiraciones o la isla donde Elvis Presley vive con Kurt Cobain. El espacio exterior siempre …
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Épico. Absolutamente épico. El concierto de Iron Maiden en el Palacio de los Deportes anoche fue una obra de teatro de principio a fin. Tenía mis dudas, dado el tiempo y la creatividad de los últimos discos de la banda.
Los muñecos perdidos del Chavo del Ocho
Uno de mis deportes favoritos es sumergirme en los mercados Retro que suelen formarse los fines de semana en las grandes ciudades… ni hablar de todas las cosas que he encontrado desde que llegué a Ciudad de México, uno de los lugares más alucinantes del mundo entero y donde gracias a su cultura el tráfico de tesoros es incalculable. Hay 2 tipos de personas entre la fauna de los vendedores de artículos usados en estos tarantines: La primera, es la que sabe exactamente cuánto cuesta el objeto en cuestión, que sabe su historia, su procedencia y por supuesto su precio, estará dispuesto a negociar si conoces de qué se trata y restregará en tu cara ese tesoro que deseas hasta que estés listo para desembolsillar y llevártelo a casa. La segunda, sólo es un empleado del verdadero dueño que está atendiendo en otra parte y es más fácil de “persuadirlo” para obtener ese preciado Luke Skywalker que reposa sobre una sucia alfombra entre un Goofy de McDonalds de cajita feliz de los años 90 y una torre de Tazos.
Hace poco ocurrió el milagro: encontré frente a mi como si me estuvieran esperando una muy respetable colección de muñecos de nuestra serie favorita, El Chavo del Ocho. Lo primero que me sorprendió fue el extremo parecido que tienen los muñecos con los actores reales: El Chavo REALMENTE se parece a Chespirito, pareciera que se esmeraron fielmente en hacer el molde de plástico para hacer la cabeza, que también está pintada a mano y con un singular esmero en las pecas y los ojos.
El caso de la Chilindrina es curioso: de verdad es una muñeca. Una muñeca con los brazos y pantorrillas gorditas, como esas muñecas de antaño, que están cosidas a un torso de tela, para dar la sensación de “bebé pequeño para cuidar y querer”. El molde, es importante decirlo, es especial para la Chilindrina porque pude ver que las manos son diferentes a las del Chavo. Su maquillaje es perfecto, con sus “chapas” (el ruborcito de las mejillas) y por supuesto sus lentes de pasta cuadrados. No podía falta su dentadura chimuela y su cabello con 2 coletas, dispuestas de forma asimétrica. Hermosa y divertida, tuvo que haber sido un éxito de ventas en… 1972.
En efecto, los muñecos datan de 1972, sólo un año después de haber comenzado la producción del programa, y un año antes de convertirse en un show de 30 minutos, ya podemos ver que el show, históricamente hablando sería un rotundo éxito. Supe que son de ese año porque detrás del personaje, justamente en la nuca, puede leerse claramente “1972 derechos reservados”. Algo así como para que no los piratearan.
Fun Fact: En sus tiempos, El Chavo del Ocho llegó a ser visto por 350 millones de televidentes alrededor del mundo.
La ropa de los personajes está claramente confeccionada a mano, con diseños que vagamente se parecen a los que vimos en la serie (entendemos que conseguir esos modelos debió haber sido una tarea titánica, para la fecha, y que además nadie sabía el éxito que tendría el programa) y a todos les queda un poco grande la ropa. El material no es nada amigable, tela muy dura que difiere con las de otras muñecas del mismo tipo.
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Cuando me los encontré me pregunté ¿Por qué demonios están tan sucios? Yo sé que ha pasado mucho tiempo, pero parecen hacer salido de un terremoto o algo así. Parecen papas recién arrancadas de la tierra.
También me encontré a Ñoño, el hijo del Señor Barriga. Éste me dio un poco de miedo, por el estado paupérrimo de suciedad en el cual se encontraba. Lo “caricaturizaron” muy bien, está muy bonito el diseño y los brazos y piernas me causaron mucha risa: parece un bebé todo gordito… para nada ofensivo y mucho más amigable que el super gordote de carne y hueso.
El paso del tiempo hizo su trabajo y abrió un hoyo justo dentro de la boca de Ñoño, pero no le queda tan mal. Digamos que tienen una caries, y así estaría completamente fundamentado. Sí, ya sé… la foto es SUPER CREEPY y no los dejará dormir en las noches!
Fun Fact: El Chavo del Ocho lo ven, 91 millones de personas DIARIAMENTE.
Por último tenemos a Ron Damón, digo, Don Ramón. Tengo mis dudas sobre el personaje, porque lo veo muy “grueso” y “gordo” para como es el personaje en realidad. Todos se parecen mucho pero creo que éste se ve raro. Pero no pasa nada, porque en otros muñecos que he visto de la época… tampoco se me parece mucho. Miren éste:
Creo que se parece más a Héctor Suárez que al mismo Don Ramón.
Ven? Creo que está un poco grueso. En fin, aquí lo tienen, juzguen ustedes mismos:
Siento que la tela utilizada no fue la adecuada para realizar estos muñecos, la playera de Don Ramón parece una alfombra! Pero lo importante es que aquí están, juntos y vivos, en pleno 2017.
Haber encontrados estas piezas de colección tiene un significado además de histórico, sentimental y generacional. Representan cómo ha evolucionado la historia del juguete, de las muñecas de trapo, y sobretodo del diseño de personaje ¿Quién iba a pensar que estos personajes llegarían tan lejos convirtiéndose en pilares del entretenimiento en el mundo entero?
Aunque no es tan común como yo pensaba al llegar a este país, en CDMX puedes encontrar (con un poco de paciencia y tiempo) personajes del Chavo de Ocho en la calle, pintados, representados en esculturas o grafittis que sólo recuerdan que alguna vez hubo un personaje con gorrito y pecas. Aquí un ejemplo que encontré por Coyoacán:
También hay muñecos artesanales, que tienen un valor más sentimental que monetario, me parecen muy divertidos y si tienen suerte, se pueden encontrar a toda la vecindad completa… incluso a Godínez! Miren los que encontré:
¿Cuánto creen que cuesta llevarse a casa estos muñecos? ¿Qué pasó con su verdadero dueño? ¿Estará consiente del costo actual de esta colección? Si tienes más muñecos de esta época no dudes en contactarme!
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